El 19 de octubre se conmemoró el 81º aniversario del fallecimiento de Ernest Rutherford (1871-1937).
Fue uno de los físicos experimentales más importantes de la historia. Investigó en radiactividad, con hallazgos espectaculares en el estudio de la desintegración de núcleos, la transmutación de elementos, descubrió el protón, propuso primer modelo atómico planetario, desarrolló métodos para generar partículas alfa, supervisó el famoso experimento de la lámina de oro [con Madsen (1889-1970, en la fotografía con Rutherford) y Geiger (1882-1945, en la imagen)], propuso de la existencia del neutrón [descubierto posteriormente por Chadwick (1891-1974), uno de sus discípulos], entre otras aportaciones.
Trabajó con JJ Thomson —(1856-1940) descubridor del electrón y Premio Nobel de Física en 1906—, al que sustituyó como Director del Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge, tuteló a científicos muy importantes: Bohr, Moseley, Geiger, Oliphant, y los mencionados anteriormente, entre otros.
Pensaba que “la ciencia sólo era física, y lo demás era como coleccionar sellos”.
Sorprendentemente, fue Premio Nobel de Química en 1908 por sus aportaciones al estudio de la radiactividad, cuando esperaba el de Física; y posiblemente también mereció uno en Física por el experimento de la lámina de oro y por el descubrimiento del núcleo atómico.
Se dice que los químicos no le caíamos bien, lo que le llevó a afirmar, al enterarse de la concesión del Premio Nobel de Química: “He hecho muchas transmutaciones en mi vida, pero ninguna tan rápida como la que me ha convertido en químico”.
En cualquier caso, un genio.